Thursday, December 28, 2006

De la Humildad

"Hay lecciones de humildad escritas con sangre, muchas veces escritas con la propia... "


Hace unos años, recién mudé con mi esposa que cambié la estufa. Vivíamos al momento en la Villa de Santiago, lo cual representó el leve detalle del tipo de gas para uso de la estufa, el cual en La Villa se trata de gas butano, o de tanque; a diferencia del gas natural entubado que te surten en el área metropolitana de Monterrey.

Fuime a El Cercado a buscar espreas para gas natural y un conector-reductor que acoplase a la nueva estufa. Con la finalidad de no cometer la mexicanada de decir "Al cabo esto es pa' indios" y hacerle al Mandrake sin consultar el manual de uso, me llevé el manual que acompaña a la estufa para no errar en el tipo de reductor de gas.

Revisé el manual, ahí estaba en el diagrama, necesitaba yo una campana reductora de 3/4 - 5/8. Tomé el manual, bajé del carro y me dirigí al mostrador.

"Hola
, necesito espreas para gas butano y un reductor de 3/4 - 5/8 para gas", dije muy seguro de mí mismo.
"Híjole, d'ese no lo tenemos" respondió el dependiente.
"Bueno, entonces me llevo las espreas y por favor recomiéndeme un lugar donde pueda encontrar el reductor" repliqué con aplomo y mucha propiedad.

Me dieron indicaciones y me dirigí al siguiente negocio. Me recibió una chicuela que no pasaba de 13 años de edad según mi apreciación inicial.

"Hola, necesito un reductor de 3/4 - 5/8 para gas" dije de nuevo, muy seguro de mí mismo.
"¡Achis, ese no existe!" contestó la chavala haciendo mueca.
"Por supuesto que existe" dije, "por favor búsqueme uno de esos", respondí.
"¡Mmnooo! Ése no es lo que está buscando, tal vez el que ande buscando es el reductor de 1 pulgada - 5/16 ¿No?" Metió la mano a una caja de madera repleta de piezas de cobre y bronce, escogió
un conector raro y lo colocó en el mostrador.
"No señorita, busco el de 3/4 - 5/8"
"Ya le dije que ése no existe" replicó una puberta medio impaciente
"¿Cómo no va a existir?" repliqué ya medio molesto
"¿Pues qué tipo de estufa tiene usted? ¿Es americana?"
"No, es una estufa Mabe MUY mexicana y con medidas de lo más estándar" contesté mordiéndome los dientes. "Mire señorita" le dije abriendo el manual y mostrándole la página "Este es el conector que necesito, ¿lo ve? Es un reductor de 3/4 de pulgada a 5/8"
"Es que ése nunca lo había oído mencionar" replicó en tono de extrañada, "A lo mejor le puede quedar el de media pulgada, pero se me hace que el manual está mal"

¡Blasfemaaaaa! tronó mi espíritu de ingeniero. Me imaginaba como todo un Moisés en el Monte Sinaí con truenos y relámpagos mientras sostenía en todo lo alto con ambas manos el Manual de Uso de Mabe escrito por el mismísimo dedo de Yahvé

"Mire señorita, Yo-Soy-Ingeniero, sé algo sobre medidas, y sé perfectamente que 3/4 es muy diferente a 1/2 pulgada. Si no tiene el mugre reductor, solamente dígame y ya."
"Mmmh" contestó la mocosa, "Una pregunta... su casa tiene gas de tanque ¿'erdá?"
"Sí" respondí sacado de onda.
"Y el conector que le mostré primero le queda muy grande ¿'erdá?
"Así es... y el que sacó al último estoy segurísimo que le queda muy chico"

La enana miserable metió las manos al mostrador y sacó una cocineta de dos quemadores, la volteó y me enseñó el conector de la parte posterior.

"¿Su estufa tiene un conector como éste?"
"Pues... se parece"
"Ah, pues éste es el tubo de 3/4, y si usted tiene la tripa estándar que sale del tanque de gas, entonces el de 1 pulgada le queda grande, y el de 1/2 le queda chico. El único reductor que queda disponible por eliminación es el de 3/4 -
5/16".

Me acercó la tan rehusada pieza...

"El manual está mal. Éste es el que usted necesita... ingeniero."

Mi Ego fue herido mortalmente por una arrojada y joven guerrera que no cedió un ápice en su propio terreno. Ocho años de carrera de ingeniería mecánica y experiencia en diseño de máquinas contra 13 ó 14 años viviendo enmedio de una ferretería la cual a todas luces se plantaba como el negocio familiar, incluso excluyendo toda la experiencia posiblemente trasmitida del padre... tenía todas las de perder.

"
¿Cuánto vale esta pieza?" inquirió mi ego
"Trece pesos" dijo la niña de camisa a cuadros.
"Me la llevaré. Total, no pasa de que no le quede y regrese por la otra", dije despechado sintiendo como mi ego daba una última patada de ahogado.
"Sé que no va a regresar" golpeó el martillo en el penúltimo clavo en mi ataúd "¿Quiere que le haga una nota?"
"
No gracias"

Salí con la cola entre las patas y me refugié en mi coche para lamerme las heridas. Llegué abatido a casa.

El último clavo en mi ataúd resonó en mi cabeza en la voz de la niña-amazona con sus palabras "sé que no va a regresar..." cuando me acerqué a la estufa y probé el conector.

Enroscó pefectamente.
El manual de Mabe en efecto, tiene un error en el diagrama.

Mi ego sabe a cartón, amargo, duro, correoso y es difícil de masticar.

Esa noche, mi ego murió desangrado. Me lo tuve merecido.

En la vida, hay lecciones de humildad escritas con sangre, muchas veces escritas con la propia...

Sunday, December 24, 2006

El Mito, la Leyenda, la Realidad...

Todo era felicidad para mí en estas fechas Decembrinas.

El súpermercado estaba lleno a reventar; carritos, gente, compras de última hora, la cosa estaba de locos. Por suerte, ya había comprado lo necesario, solamente acudí al súper a reclamar como prisionera una botella de rico vino tinto espumoso.

Todo iba bien, hasta que escuché la canción en los altavoces que me di cuenta, que tomé conciencia, que me percaté de la horrenda realidad... La voz de Luismirey no hizo diferencia alguna en cuanto al simbolismo tan grande de tan artificial y comercial falacia. Pero la canción seguía martillando mis sienes...

"Sabes mi amor
Pórtate bien
No debes llorar
Ya sabes por qué
Santa Claus llegó a la ciudad

Él todo lo apunta
Él todo lo ve
Te sigue los pasos,
estés donde estés
Santa Claus llegó a la ciudad

Te observa cuando duermes
Te mira al despertar
No intentes ocultarte de él
Pues siempre te verá

Él sabe de ti
Él sabe de mí
Él lo sabe todo
No intentes huir

Santa Claus llegó a la ciudad..."

(y se repiten las estrofas)

Entendí por fin el sobresalto. Marty Robbins tenía razón, algo nos quiso decir desde hace tiempo, pero nadie escuchó con atención. El sabía cómo estaba el caldo de las albóndigas, algo que definitivamente el resto de los mortales no...

El maldito panzón barbudo no es ningún santo, ni ningún benefactor...

Es como un inquisidor que le vende información sustancial y personal de cada uno de nosotros a las grandes organizaciones donde unos pocos manejan al mundo a su conveniencia. Tomé nota que su base de operaciones está en el punto geográfico más inhóspito, remoto e inexpugnable...

El polo norte.

Todo tomó sentido...

He platicado con otra gente, gente que los demás catalogarían como "inadaptada". Hemos intercambiado información. Unos dicen que es extraterrestre, otros que no hay nada que hacer, que es como Peter Pan, se alimenta de los sueños y las creencias de los niños. Algunos afirman que si le disparas y le hieres, sangrará puro jarabe de Coca-Cola, cual vil payaso asesino. Otros dicen que la única manera de matarlo es clavándole una estaca, como si fuese un vampiro, otros aseguran que hay que matarlo con nerf, que es lo único que le puede dañar.

Sea lo que sea, todos coincidimos en una cosa... No es de este mundo.

[Maldita sea, pienso, hemos permitido como sociedad convivir con semejante aberración, le hemos abierto las puertas de nuestras casas, reemplazando una hermosa y loable celebración.]

Sé qué es lo que hay que hacer.
Esto no puede seguir así.
Lo bueno es que no estoy solo.

Me acompañan Chino, Menta, El Conde, Mascafierros, Parchís y Uranio 235.

Estamos bien armados, hemos colgado nuestras botas rellenas de granadas de fragmentación y cegadoras de Magnesio. La espoleta ligeramente puesta en su sitio.

Hace un frío de los mil infiernos. No hay fuego en la chimenea. Espero que el vaso de leche no se congele y las galletas no se humedezcan.

Es 24 de Diciembre, y le estamos esperando...

Esta Navidad...

Dios sabe que siempre tengo un lugar en mi mesa para un invitado más;




...a la hora que gustes venir.

Monday, December 18, 2006

Del Recuerdo al Olvido

Yo no te recuerdo... en mi memoria no existes.

Mi inteligencia y el ser práctico ha impedido grabarte en mis recuerdos.

He seguido adelante con mi valentía característica, con la virtud de fingir destinos predestinados, con mi fortaleza de carácter...

Es mi piel quien te añora, cada centímetro pregunta por ti.

Cada pliegue te tiene perfectamente presente.

Es mi piel quien te busca en noches de añoranza y desesperación.

Es mi corazon quien te extraña, quien al conocerte encontró un motivo para latir, quien te siente en lo más profundo.

Es el grabado que dejaste en él, lo que por ti clama.

Es en mi corazón donde mis miedos han vuelto a aparecer, en donde conviven incongruentemente mi amor y mi resignación.

Es ahí en donde encuentro un lugar para esconderme y pensar en ti, en momentos donde no quiero otra cosa y poder salvar ahí el sentimiento, aunque las lágrimas corran por mis mejillas al recordar tus besos.

Es mi alma, quien agradece al Creador haberte conocido y haberte puesto en mi camino de manera aparentemente efímera, a pesar de la profunda huella que dejaste en ella.

Porque lo que es Yo.....Yo no te recuerdo.

Sunday, December 03, 2006

De la Regla de Tambor

Acabo de responder con una larga serie de incisos un post del Txetxu acerca de las cosas que me molestan sobremanera (basically, things that cags me...)

Son cosas que escribí, más no dije. En realidad, al tratarse de aspectos negativos de la vida o de la gente que no me parecen, trato de no darles importancia para no generar un atractor. Por lo tanto no las menciono de viva voz. Y no lo hago porque aplico inmediatamente la Regla de Tambor.

Los que ya vieron Bambi de Walt Disney se acordarán de la escena donde mamá Coneja regaña a tambor por decir una indiscreción y le pregunta qué es lo que siempre le dice papá Conejo, y Tambor responde:

"If you are not going to say something nice, you better say nothing at all"

[De modo que si dices o piensas una barbaridad o una mala palabra mírate con los ojos de tu mente; pon las manos en la espalda, pon un pie en punta y dale media vuelta hacia un lado y hacia el otro, baja la mirada, pon tantito rubor en las mejillas y dí en tono cantadito e infantil lo siguiente... "Si no vas a decir algo agradable, mejor no digas nada de nada..."]

Toda una recomendación para el buen vivir. Definitivamente papá Conejo sabía algo que nosotros aún no. Pero desde que le hago caso, soy más feliz...