La raiz de la escritura

Mucha gente me ha dicho que se divierte y entretiene con las cosas que escribo. Lo han comentado en numerosas ocasiones a tal grado que me lo he empezado a creer.
Incluso algunos ha tenido la confianza de preguntarme de dónde carámbanos saco las cosas que escribo. He aquí mi respuesta.

La imaginación.

Me refiero a la imaginación como un campo fértil, extenso sin límites donde cualquier semillero puede florecer. Se riega con letras, con lectura, con música, con arte; con cualquier producto salido del intelecto o la pasión humana (excepto cualquier tópico que tenga que ver con la méndiga televisión).

Ese es mi campo, mi terruño, donde brotan espigas de a cien granos, garbanzos de a libra, y uno que otro grano exótico para hacer un divertido estofado.

Lo interesante es la semilla que siembro en el fértil campo de mi imaginación, esa semilla la tomo de las letras de los demás. Mi secreto es tomar los errores de los demás. No quiero que se malinterprete como una jodencia literaria del resto de la gente que acostumbro leer.

Simplemente que cuando alguien escribe algún texto, post, email etc., y comete un error de ortografía, sintaxis o puntuación, me revuela la imaginación en tratar de averigüar qué podría significar la palabra en cuestión así como aparece. Es ahi cuando la semilla es plantada y empieza a echar raíces, y empieza a crecer una historia.

Un clásico ejemplo es la escritura de una gran amigo mío de nombre Ricardo Granados. Quien es un apasionado jugador de Warhammer en ambas versiones, 40,000 y Fantasy y, que a la hora de enviar sus comentarios por email para el foro de discusión suele cometer errores de escritura, yo leo sus comentarios y me extasío tratando de imaginar qué podría significar en realidad la palabra que escribió mal. Dicha palabra me da vueltas en la cabeza hasta que sale algo divertido, luego lo asocio con el contexto de la escritura y lo vuelvo una historia.

Es así de fácil. Si no lo crees, continúa leyendo y verás un clásico.

Nota aclaratoria: Nada de lo que escribo deberá ser tomado en serio. Y cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia.