Estas cosas no suceden en Narnia, la Tierra Media ni en los Reinos Olvidados...
El sol ha caído por el horizonte del mar oeste. Ya es de noche.
Todo está planeado hasta el más mínimo detalle. Mi ejército, mis camaradas de armas, mis amigos, todos han venido para erradicar el mal desde la raíz
El avance sigiloso, los elfos scouts que eliminan a los centinelas, el fuego, las dagas relampagueantes, silenciosas y expeditas, carga de caballería a punta de lanzas hasta que el campamento de vanguardia del enemigo es aplastado por nuestro avasallador asalto nocturno.
Fulminante victoria. ¡Halixtes, maldito tirano! Eres el siguiente...
Antes de gritar el festejo de la victoria, un sinuoso relámpago de luz atraviesa el oscuro campo de batalla y envuelve a mi guardia personal y la inmoviliza.
Varias, decenas, centenares de líneas quebrantes de luz púrpura atraviesan el conquistado terreno enemigo y envuelven a todos y cada uno de los elementos de mi ejército.
Y entonces veo a la bruja... Kalygrattah. ¡¡Halixtes, blasfemo infeliz, osaste despertarla!! Veo a la bruja sujetando todas la líneas de luz con una mano como un pescador sujeta todos los hilos de su red en la cual la pesca del día se quedará por siempre. Conozco el hechizo... Mens Rea Hematis. Si has derramado sangre, estarás inmóvil hasta que pagues con sangre. ¡Sólo los Paladines de la Estrella del Alba conocen ese hechizo! ¡Es para hacer justicia! ¿Cómo? ¿Dónde lo aprendió?
Bruja astuta... Maldita bruja astuta.
Algo grita la bruja en un idioma gutural y grotesco que no puedo identificar y el efecto es que todos los que huían se detienen, giran sobre sus talones y cargan hacia mis amigos en rampante furia.
No es una batalla, es una siega de vidas. Es una carnicería...
El sello del medallón del profeta sobre mi armadura impide que la luz me aprisione. Pero no puedo enfrentar a toda la horda que a filo de espada me arrebata a mis indefensos amigos.
Soy el único que no está aprisionado. Voy por la bruja. Tengo que hacer algo, y rápido.
Arremeto con mi acero en alto y choco contra un círculo de protección. No la podré matar a filo de espada. Me deshago de toda mi armadura y desnudo y desarmado penetro en el círculo. Golpeo su rostro tratando de impedir la letanía y mis nudillos sangran... maldito hechizo... Lapis Dermae... también conocido como "Piel de Mármol".
Bruja astuta... Maldita bruja astuta, has pensado en todo.
Hundo mis pulgares en los huecos de la visera en su yelmo y siento las cuencas vacías de sus ojos. La letanía continúa y las comisuras de sus labios negros se elevan ligeramente en chocante mueca de divertida burla.
La posibilidad de la derrota comienza a abrumarme. No sé que hacer. La tomo por la espalda. No la puedo estrangular porque la coraza le protege el cuello, torso, pecho, espalda y hasta la cadera. Del borde inferior de su protección cuelgan vaporosas sedas y mis manos desesperadas buscan un punto débil en la constitución de la hechicera hasta que se topan con su humedad.
Bruja astuta... Maldita bruja astuta, has pensado en todo... ¡Pero no contabas con esto!
Escucho una casi imperceptible bocanada de sorpresa y la letanía, antes fluida se vuelve intermitente. Entonces mis hábiles manos comienzan a vencerla poco a poco. Los hilos de luz empiezan a titubear con altibajos de intensidad.
La bruja aprieta los dientes, crispa el puño, eleva el tono de voz y cambia la rítmica de la letanía... la luz púrpura se vuelve blanca y cegadora y me llega a los oídos el sufrimiento generalizado de mis hermanos. El duelo entre voluntades es fiero, y el balance se vuelve delicado.
Con mi otra mano comienzo a soltar hebillas y las cintas de cuero que mantienen unida su coraza hasta que la libero por completo y la arrojo fuera del círculo. Su alba piel como de luna llena contrasta con la sorda ausencia de luz en el terreno; entonces hacemos contacto, aroma sobre aroma, piel sobre piel, mi calor por encima de su frío. Sujeto lenta y fluidamente un pecho y suavemente le muerdo el cuello... el volumen de la letanía vacila, mi acción es total... el hechizo se interrumpe.
¡He salvado a mis ejércitos!
La bruja está vencida. Ella se olvida del campo de batalla, gira hacia mí y sus ojos cavernosos e inexistentes me regresan la mirada diciéndome "¡Reza a tus dioses General, porque serás mío!". Salta sobre mí y hunde su lengua en mi boca mientras sus piernas me enredan tumbándome de espaldas buscando un trofeo más grande y pierdo momentáneamente la conciencia.
Regreso de la oscuridad a mi recámara y me descubro en mi cama a la mujer de mis sueños en ardiente trance jalándome hacia ella demandando la continuación de mi inconsciente e involuntario asalto nocturno. Así concluyó mi célibe vigilia de cuaresma.
Siempre he sido un caliente de lo peor, pero tengo a Dios como testigo que hice lo humanamente posible para aguantar esta cuaresma, por lo menos catorce días.
1 Comments:
"el hechizo se interrume".. error tipográfico.
Excelentes posts - para ser nuevo bloggero - te auguro un futuro prometedor.
saludos!
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