De la Gente Violenta y Abusiva

Veo noticias, leo noticias, escucho noticias, todas malas, pocas muy malas; sucesos, eventos fortuitos, desgracias, penas ajenas...

Nada que pueda hacer...

Hay veces en que me entero de la gente violenta y abusiva, de aquellos que piensan o se creen que son superiores, mejores, que tienen más derechos que otros. Me refiero al tipo de gente que poseen poco o mucho poder o autoridad y que, en vez de emplearlo como algo provechoso, para generar un bien tienden a pensar que "están más cerca los dientes que los parientes".

Es insultante, me enerva, me incomoda, me deprime y requeteencabrona saber que existe este tipo de gente, y que la misma abusa de ese poder que posee sobre los demás "porque puede", para satisfacer su colosal complejo de inferioridad o "nomás". En definitiva el poder es maravilloso, y el poder absoluto es absolutamente maravilloso...

Hay veces en que me gustaría tener superpoderes, o rasgos o habilidades tan afinados cual violín stradivarius o como si fuera un ninja-samurai-sayayin súper entrenado para darles una lección a esa gente. Arrimarles una soberana madriza y enseñarles a la mala que lo malo de ser una persona abusiva o violenta es que algún día se toparán con otra persona más violenta que ellos.

Bueno, tal vez es irreal pensar en superpoderes, pero cómo me encantaría tener una pistola cargada, una soga, un cuarto solitario y amarrado a la silla con alambre de púas al narco, al capo, al gatillero, al político, al gober precioso, al bully, al rey o la reina... a mi merced. Cómo deseo ponerles la pistola en la sien o justo debajo de las narices, amartillar la pistola, tirar del gatillo con un sonoro *click* pero sin la ya consabida detonación seguida de la nube blanca-rojiza que tiñe de carmesí y sesos las paredes.

Sólo quiero darles el susto, sólo la nota mental grabada con fuego de que eres un ser humano... igual que todos nosotros.

Líder por fuerza de confianza, guerrero por la fuerza del brazo, gobernador por la gracia del pueblo, rey por la gracia de Dios... pero a fin de cuentas... un mortal.

Toma conciencia de esto, puedes no contarte como un ser humano pero porque eres menos humano, más cerca de la bestia. Jamás serás más que un ser humano.

Lamentablemente, la única manera de hacerles entender este concepto es convirtiéndome en uno de ellos. Tengo que bajar al pozo, tocar fondo, jugar su juego.

De ese agujero es muy difícil salir. Lo duro de esta lección es que justo cuando piensas que no puedes caer más bajo siempre sale un imbécil con una pala y te prueba lo contrario.

Son esas veces en que me gustaría que esos "seres humanos" se toparan con alguien como la persona que existe en mi imaginación, el cual nunca saldrá de ahí porque no quiero ni me atrevo a manifestar. Que ese alguien, justicieron, imbatible, invencible, un moderno y actual Batman les enseñe a la mala un filosófico probervio árabe que reza:

"al final del juego, el peón y el rey terminan en la misma caja..."